El Costurero




Este laboratorio se fundamenta desde la noción del arte como campo; en la cual las prácticas del arte son consideradas como territorios de conflicto y negociación cultural y política (Rodríguez 2006). Separándose de la modernidad, el arte como campo fija su atención sobre el  conjunto de prácticas que se encarnan y agencian en instituciones y actores que adelantan procesos de formación, investigación, creación, circulación y apropiación.

Basándonos en el posmodernismo lo que reconocemos como arte es en realidad un régimen discursivo, donde se tejen valores, prácticas y formas de diferenciación social, sexual y cultural. Según Craig Owens en “The Allegoricál Impulse: Toward a Theory of Posmodernism” (Rodríguez 2006), las tácticas de apropiación, hibridación, impermanencia, discursividad y acumulación, propias a las prácticas artísticas contemporáneas son todas estrategias alegóricas que nos señalan que el texto artístico es cita  infinita de otros textos culturales: son textos que se reescriben al infinito. De esta manera, la práctica de creación y análisis ha pasado del objeto o proceso como dotado de todo sentido, a examinar las condiciones institucionales, prácticas sociales y procesos culturales por medio de la valoración, la circulación y la apropiación. (Rodríguez 2006)


El arte como campo está compuesto por un conjunto de prácticas profesionales e instituciones en torno a las dimensiones de formación, investigación, creación, circulación y apropiación, apunta a mostrar el proceso continuo de resignificación a que están sometidos sus objetos, discursos e instituciones y a establecer los modos como diversas definiciones del arte y de sus prácticas  movilizan experiencias sociales, culturales y políticas, dando lugar a  dinámicas de inclusión-exclusión de productos y procesos culturales, así como de conflicto y negociación en torno a la economía política de cultura. De esta manera, los enunciados en cuanto al arte son asumidos como posiciones desde donde distintos  sectores y movimientos sociales luchan para alcanzar ideales de auto-representación, democracia cultural, democracia política y un proyecto de orden social. (Rodríguez 2006)



De esta manera el laboratorio busca incluir de forma paralela y complementaria procesos de circulación y apropiación del entorno artístico y cultural bogotano, utilizando como punto de partida el tejido y sus manifestaciones en las artes plásticas, desde una mirada interdisciplinar que permita el encuentro y el dialogo entre diferentes formas de conocimiento como pares posibilitando su auto representación.

El laboratorio se desarrolla a través de encuentros programados del público con diferentes personajes y agrupaciones del ámbito bogotano, que tienen cercanía al tejido desde diferentes áreas del conocimiento como las artes plásticas, la fabricación y el comercio artesanal, el arte tradicional y ancestral, la antropología y la historia, en un espacio dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones y prácticas enmarcadas en el dialogo critico entre iguales para indagar acerca de las implicaciones culturales del tejido en Bogotá y su repercusión en el ámbito del arte.



Este espacio de encuentro y reflexión en torno al tejido revela la capacidad de las artes plásticas  para aproximarse,  investigar y encarnar  a las comunidades, brindándoles una forma de auto representación, en la que el artista plástico se convierte en un mediador de la visibilización. De esta manera, las artes plásticas son vistas como un vehículo de acercamiento, observación y análisis del entorno, ocupando un papel fundamental en la construcción del tejido social.


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